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en tan pequeña cantidad concedida â los hombres; y si el hombre no puede llamarse tal hasta que sus pasiones se humillan á la edad, á la virtud y al estudio; hable vmd. de Ovidio, Catulo, Propercio, Guarini, Lope, Garcilaso, Villegas, y dirá vmd. puérilidades amorosas, pero no delirios peligrosos, si no tiene el valor de dedicarse con constancia á estudiar por ahora los principios de los mejores filósofos para aprender á fondo su doctrina, quando llegue el tiempo mas apto,

Dígame vmd., señor y maestro, qué he de hacer si me hallo otra vez en un lance semejante, pues de aquel ya me libró la fortuna con motivo de entrar un page en la sala á dar noticia de la comedia que hacian aquella tarde, á cuya importante expedicion habia sido enviado por el amo de la casa otro filósofo Co-Violeto, ó condiscípulo mio en su escuela de vmd., cuya vida guarde Dios muchos años, &c.

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NOTA. Se me habia olvidado decis , y no pasaré de aquí sin decirlo, porque no se me olvide en adelante, que en el Curso completo de todas las ciencias no hablé de Leyes civiles ni de Medicina. Con todo cuidado lo omití, porque como tengo muchos Mayorazgos, espero heredar otros mas; mi carrera es de hacer dinero, y mi genio es de atesorarlo; no quiero formar malos Abogados que pierdan mis pleytos; y como mi salud está en su punto, no quiero malos Médicos que me maten. Esta nota no viene aquí al caso, y así así el escru puloso, crítico, mirado y circunspecto Lector no la lea ahora, sino quando le parezça mas conveniente.

III.

De un Publici-Juris-Perito á la violeta á su Catedrático.

Maestro y señor mio: no soy con vmd. en aquello de que la leceion de Derecho de gentes y naturaleza sea muy trivial. Qué llama vid. trivial? Mas ha de quince dias que estoy estudiando los librotes citados en la leccion del dia jueves (ménos el Ayala, Vera, y Menchaca), y á fe á fe que no me atrevo á decidir entre Vatél y Wolfio en la controversia que vind. cita. Las notas del Comentador Barbeirak me han confundido mas. Pero como, gracias a Dios, tengo mi sangre en mis venas, y mi lengua en mi boca, no pude contenerla estos dias en que se ha hablado de Rusos y Turcos. Si vmd, me hubiera oido pronunciar armisticios, Ro

manzow, Arlow, rehenes, congresos, &c. qué gozo hubiera sentido su corazon! Si vmd. hubiera presenciado la admiracion que causó á todos el oirme citar todos los tratados de paz que pude traer á la memoria, cómo se hubiera vmd. complacido en su discípulo! Pero desde que leí la cancion de Argensola, que empieza ufano, alegre, altivo, &c. me sospeché que habia pocas cosas estables en este mundo (y á fe que es lástima !); me lo he ido persuadiendo con exemplos de lo que he visto por mí mismo, y me lo acaba de persuadir el lance que voy á recitar con harto dolor de mi corazon, llanto de mis ojos, temblor de mis labios y rubor de mis mexillas. Quiso, pues, el enemigo que sin saber cómo, ni cómo no, me planté de patitas en una disertacion sobre la constitucion electiva y la hereditaria; y quando estaba en lo mas engolfado, un concurrente que se habia estado jugando con otros al revesino, du

rante mis lucimientos, al tiempo de dar el caballo de copas, se volvió hácia mí con cara de un verdadero energunenado: gritó, qué me habia de suceder teniendo detrás de mi silla á este Don Cienlenguas? Señor mio, si vmd. dice una silaba mas de esta clase, le delato al Gobierno por republicano, á la sociedad por perturbador, y al hospital de Zaragoza por loco, que será lo mas ajustado. Por qué (repliqué yo)? Y acordándome de la advertencia de vid. le eché todos los autores citados á cuestas: por qué? acaso le he dicho á vmd. una palabra que no esté corroborada por las mayores plumas de esta facultad? Si vmd. hubiese leido esas obras con la meditacion que ellas merecen (replicó el otro), y no con la ligereza que ustedes suelen, notaria el abuso que hace de ellas: y si las lee como hasta aquí, no hable delante de gente ignorante de ellas, porque la llenará de absurdos; ni hable delante de los ins

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